
Para lavar los pies sin agacharse, este lavapiés tiene cientos de pequeñas cerdas blandas y unas potentes ventosas que lo fijan al plato de ducha o de la bañera. Simplemente tiene que humedecer y aplicar jabón y frotando la planta de los pies sobre el lavapiés.
En el centro lleva incorporada una pieza de piedra pómez.